David Reich y Lars Fehren-Schmitz, genetistas de las universidades de Harvard y California, respectivamente, trazan los primeros retratos genómicos de las civilizaciones andinas precolombinas, analizando el genoma de 89 individuos de entre 9000 y 500 años de edad, 64 de ellos (de entre 4500 y 500 años de antigüedad), no se habían secuenciado nunca. Además, el análisis incluye genomas de civilizaciones icónicas de los Andes de las que no había ningún tipo de información genómica de Moche, Nasca, Wari, Tiwanaku e Inca, lo que le convierte en el proyecto genómico más importante sobre América Latina hecho hasta la fecha.